24 de agosto de 2010

Dice Santa María:

Hijo, quizás no os deis cuenta el tiempo que ha transcurrido desde el momento en que muchos de vuestros hermanos y hermanas se fueron apartando de mi morada porque fueron llevados por la falta de diálogo entre vosotros y muchas veces por ambiciones personales no comprendiendo que no tiene que predominar el hombre sino la voluntad del Padre, y todo ello los fue llevando a que nunca se pusieran a hablar y al no hacerlo les hizo pensar que cada uno de vosotros tenían la única verdad adentro vuestro, no acudieron al Libro Sagrado, no meditaron un sólo instante en unidad, sólo fue la voluntad de creerse uno más que el otro y pensaron que ello os daría una superioridad y lo que menos se detuvieron es en pensar en el mal que cometían al quitar de mi morada a millones de hijitos e hijitas porque pensaron cada uno que lo que se encontraba escrito en el Libro Sagrado no era lo que vosotros pensabais o querían para sus vidas, pero eso no es lo correcto, quizás se olvidaron de lo esencial que es ser humildes y prestar atención, simplemente tenían que saber oír, saber compartir, caminar juntos y en la unidad, pero no lo a habéis hecho y después de esa separación, de esa inmensa rotura que hoy sigue marcando todo a través de los tiempos, se fueron separando más y más en distintas religiones, fueron creciendo en distintos lugares de vuestra tierra y todos ellos pusieron sobre el ambón, como lo llamáis, una biblia, una biblia según la interpretación de cada uno y según lo que querían interpretar muchos hombres alejados de mi morada, fueron llevando a muchos de mis hijos e hijas prometiéndoles realmente un paraíso y una vida diferente, yo no he venido a atacarlos, tampoco a castigarlos, sólo he venido a vuestro mundo y a través de vosotros, los hijos e hijas que hemos elegido, para que hagáis razonar a ellos que son mis hijos y que me duele el corazón al verlos que no quieren reconocer su error. Hijitos míos, la Iglesia, mi morada, donde estamos unidos todos junto a todos nuestros amados pequeños que llegan hasta ella no es propiedad de nadie, mi Iglesia no posee dueño, es el lugar de encuentro de CRISTO JESÚS con todos vosotros, es donde vosotros encontráis la palabra, donde os contiene el amor a través de la Llama del Amor más puro que parte del corazón de JESÚS, es donde la luz divina del Padre desciende sobre cada uno de vosotros y sois iluminados por el Espíritu Santo y él es quien llena vuestros corazones de armonía y paz, y vuestros pastores son los que os tienen que guiar y cuidar de sus rebaños que son los rebaños de mi Señor, ese es el  lugar de encuentro, el lugar donde tenéis que estar todos juntos,  es la Iglesia que mi Hijo le dijo a Pedro que levantara sobre la piedra angular para que todos vosotros se unieran con Él a través de recibir su cuerpo y su sangre, a través de oír la palabra y de unirse y ser verdaderos misioneros en el mundo de su palabra y apóstoles de su eterno amor, y realmente no os puedo comprender por qué estáis tan apartados, por qué os fueron marchando, sé que hay cosas que quizás se tienen que cambiar y sé que a muchos de mis hijos no os va a gustar lo que os digo, pero creo y os pido que reflexionen, creo que el cambio está principalmente en que tendrían que ser más humildes y vivir en una sencillez y disponer más tiempo de sus vidas a sus rebaños, creo que en estos años se olvidaron de algo que es la esencia para que mi Iglesia siga, es la evangelización, pero esa evangelización tiene que ser a través de un acercamiento lleno de amor y de palabras simples y sinceras, tiene que estar en un inmenso acompañamiento a cada uno de sus hermanos, de mis hijos, y  defenderlos en todo momento, si no lo hacéis entonces jamás os volverán a unir y veré cada día menos hijitos en mi morada, por qué no estáis cumpliendo con lo que os habéis comprometido, el compromiso es simple, es entregarse en cuerpo y alma como mi Hijo lo hizo, es caminar hasta el agotamiento y llegar a todo lugar, es no dejar más a nadie que no escuche las palabras del Libro Sagrado, es ayudarlos y estar presentes siempre en todo momento junto a todos aquellos que tanto sufren en el mundo y contenerlos, es estar de pie y presentes para detener todo intento de aquellos que son guiados por el ángel desterrado y quieren llevaos a una guerra sin final, es hablar hijitos míos, hablar pero con la lengua de la verdad, es entregarse y entregar amor como mi amado Hijo y en Él, el Padre y el Espíritu Santo se entregan a todos vosotros. Hijitos míos, cuándo volverán a unirse, a entender que sin unidad jamás tendréis paz, armonía ni amor en vuestros corazones, cuándo podréis comprender que no podéis dejar abandonados en las más crueles injusticias a millones de hermanos en el mundo, que no podéis mirar para otro lado mientras la falta de alimento, de agua, azota a millones en el mundo, ahí, amados hijitos, mi Iglesia tiene que estar presente, ahí tenéis que estar todos vosotros en una entrega total desde lo más profundo de vuestros corazones, porque allí mi Hijo está presente esperándolos a cada uno de sus hermanos, a todos juntos, defendiendo y luchando a través de la Llama del Amor para que nadie más sufra y para que nadie más esté solo y desprotegido, tienen que estar presentes todos sin excepción, en una unidad total a través de la oración y a través de la ayuda que cada uno podéis darles, no sigáis más en distintas direcciones y perdidos entre la tinieblas, caminen juntos, pero juntos para siempre al amor más grande, al amor  que mi amado Hijo les quiere entregar a cada uno de vosotros. Vuelvan hijitos míos, os estamos esperando para guiarlos junto a vuestros pastores rumbo a la luz eterna del amor. Amén.

SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.

24/08/2010                                                                   04:00 Horas.

Mensaje dado por nuestra Madre a José Luis Belmonte.

Avellaneda – Provincia de Buenos Aires – Argentina

Para pedido de oración: jlbelmonte07@yahoo.com.ar

 

Dice Santa María:

Yo sólo quiero traerles a vuestros corazones la Llama de Mi Amor, la luz divina de CRISTO JESÚS, quiero que escuchen lentamente cada una de las palabras que os digo, son sencillas y podréis comprender lo que os quiero expresar a cada uno de vosotros. Amados hijitos, yo os estoy acompañando siempre en este largo caminar, en este inmenso peregrinar junto al corazón de cada uno de vosotros, veo y siento el dolor incrustado en cada uno de vuestros corazones, el dolor de sentirse muchos como apartados por sus propios hermanos, cuánta carencia hay en vosotros de la palabra que en ellas expresan lo que sienten cada uno pequeños míos, pareciera que tenéis miedo de demostrar vuestro cariño, vuestro amor, y no os dais la inmensa felicidad de decir a todos lo que realmente sienten adentro vuestro, lo que tenéis oculto como con un temor que no puedo comprender que es simplemente que los aman, si supieran  cuántos de mis pequeños desean oír de vuestros labios que los aman, que los quieren, sólo lo escucho decir de los labios de los niños, qué os ha ocurrido amados hijitos, se han olvidado de expresar lo que sienten o es que en vuestro corazón ya no hay un lugar para el amor, el amor que mi Señor os entregó al nacer, tenéis miedo que vuestros hermanos conozcan vuestros sentimientos y os ocultáis atrás de máscaras que no les permiten acercarse a vosotros y de esa forma creáis una distancia que no os ayuda, todo lo contrario, os enfrentan unos contra otros, y vosotros no podéis estar enfrentados, separados, ya os he dicho, tenéis que vivir en la unidad y en esa unidad tiene que estar siempre presente el amor, la misericordia, la paz y la justicia, cuántas veces os tendré que seguir diciendo a cada uno, parecéis pequeños que no comprenden cuando os hablo. Hijitos míos, sé que todos estáis sedientos del amor verdadero, que estáis atemorizados como pequeños y no saben cómo expresar sus más sinceros sentimientos, si hasta cuando habláis no podéis muchas veces decir lo que sienten y llevan hasta la confusión hasta a vuestros propios hermanos porque no utilizan las palabras sencillas, todo lo dicen a través de palabras que muchos no comprenden y otros no quieren comprender, os ocultáis a través de falsos rostros y formas distintas de presentarse frente a todos los demás y eso no es lo correcto, vosotros sois como sois y nada deberéis cambiar, tenéis que ser auténticos, y dentro de lo autentico tenéis que dar al mundo la Llama de ese Amor que está ardiendo adentro de vuestro corazón, tenéis que volver a ser luz para todos vuestros hermanos y vivir en armonía y paz con todos, hablar, y al hablar saber oír y saber interpretar lo que os dicen, y vosotros saber lo que dicen a su vez aquellos que se encuentran a vuestro lado, si cada uno de vosotros pusiera esto que os digo en un continuo movimiento entonces os daréis cuenta que todo irá cambiando y volverá  a florecer la rosa del amor y de la paz y el canto de las aves alegrarán con sus trinos cada amanecer y el viento os hará llegar el canto de los coros celestiales a todos aquellos que abrazáis con profundo amor vuestra cruz, porque ella, tened la seguridad, es la que os abrirá la puerta del Reino de los Cielos, vivan en el amor y sientan cada uno de vosotros ese amor, y a su vez entregadlo porque es el legado que CRISTO JESÚS os dejó para que vosotros  sembraran toda vuestra tierra con esa semilla, y esa semilla ha de germinar, y al germinar, se convertirá en una planta grande y fuerte que sus raíces irán pasando todos los continentes y de esa forma se irá abriendo un nuevo tiempo y en ese tiempo veréis cómo la luz irá posándose sobre cada uno y ha de tocar vuestros corazones uniéndolos en hermandad, y esa hermandad os llevará a caminar todos unidos por el sendero de la paz, sed templos vivientes, llevad adentro de cada uno de vosotros la llama del Corazón Inmaculado de amor de mi Hijo, sed luz que ilumine y sed presencia viva de mi Iglesia en todo lugar de vuestro mundo. Hijitos míos, siempre os pediré que abracen la cruz porque es la única forma, como os digo, que en ella hallaréis el verdadero sendero, yo siempre estoy a vuestro lado y en todo lugar, siempre os acompaño y siempre os guiaré, sólo tenéis que hacer que todos vuestros hermanos escuchen mi voz a través de mi morada, a través de mis hijos y mis pastores, y vuelva a reinar sobre toda la tierra la luz divina y la llama que irradiará sobre cada uno de vosotros, no os sigáis separando ya nunca más, vuelvan a la unidad porque en esa unidad encontraréis a CRISTO JESÚS con sus brazos extendidos para abrazarlos y tenerlos a todos vosotros siempre junto a su Inmaculado Corazón. No os olvidéis hijitos míos, hablen desde el corazón y mediten cada una de vuestras palabras y vuelvan a caminar junto a mi Iglesia, junto a vuestros Pastores, junto a todos vuestros hermanos y hermanas y en vuestros labios todos juntos decir la oración que mi amado Hijo os entregó. Amén.

SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.

24/08/2010                                                                   13:00 Horas.

Mensaje dado por nuestra Madre a José Luis Belmonte.

Avellaneda – Provincia de Buenos Aires – Argentina

Para pedido de oración: jlbelmonte07@yahoo.com.ar

Published in: on agosto 24, 2010 at 9:10 pm  Deja un comentario  

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