15 de septiembre de 2010

Madre, estoy transitando por momentos de mucho sufrimiento y mi mente está continuamente pensando y tratando de ser mas allá de un hombre un buen Hijo tuyo y de mi amado Señor, no quiero caer nunca en ninguna tentación más, soy tentado muchísimas veces y cada vez para sus azotes más y más fuertes que quiere sólo llevarme a perderme en la oscuridad, pero te aseguro que la lucha es muy grande pero no he de caer, sigo el sendero, aunque tenga fuertes vientos que quisieran doblarme y doblegarme a sus antojos mi corazón está puesto en el amor de mi amado Señor y no cometeré nada que lo pueda ofender o ofender a mi amada Iglesia, hoy descubro mi corazón no sólo frente a ti sino a todos mis hermanos y hermanas del mundo para que vean en mí a un hombre simplemente y comprendan que todo lo que puedo dar nada me pertenece, esta es la obra de mi amado Padre y de mi Hermano JESÚS y el Espíritu Santo, ellos son los que todo lo hacen, yo sólo pongo mi cuerpo y mi humilde corazón, y ellos me guían a acompañarlos y a tenderles una mano a todos mis hermanos y hermanas en todo lugar que se encuentren, nada pido ni nada quiero, soy feliz así, junto a mi esposa, hijas, nietas, junto a mi hermana y mis sobrinas, junto a mis yernos y demás familiares, junto a todos mis hermanos en el mundo y aún más feliz con aquellos que desde el principio se encuentran al lado mío, mientras otros cerraban sus corazones y no querían oír como muchas veces dijeron a un loco y se apartaron de mí, yo te pido para todos ellos que los bendigas y que les entregues todo el amor y los cobijes bajo tu manto porque yo también, al comienzo y muchos años, dudé si lo que me estaba ocurriendo era una verdad o me había vuelto totalmente demente, hoy sé después de estudios y después de años que no había demencia sino que tú, la luz divina junto al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, eligieron a este humilde pecador para llevar al mundo tu palabra y llegar a los corazones de todos mis amados hermanos, y fue la conversión y todo cambió en minutos y la luz brilló en toda su intensidad y el amor se apoderó de mi pobre corazón y mi alma pudo romper las cadenas y volar en alas del encuentro con la luz divina de mi amado Señor. Hoy quiero expresar todo esto porque quiero que todos sepan y comprendan que aquellos que recibimos mensajes, que nos encontramos llamados a cumplir pequeñas misiones en la tierra, somos hijos iguales a todos los demás y que vos, Madre, igual que el Padre, nos aman igual que a todos tus demás pequeños.

Hijo mío, la elección fue simple y sencilla, no importa lo que pudiste cometer en el pasado porque os arrepentiste, porque sin dudar desde el primer minuto te entregaste en nuestros brazos, porque dijiste un sí rotundo y partió desde lo más profundo de vuestra alma, porque te abrazaste a la cruz y comenzasteis a caminar por el sendero y a cada paso que disteis ibais sembrando la semilla del amor y de la paz, porque supiste  obedecer y supiste soportar todas las pruebas que iban poniendo en vuestro camino, porque soportaste las burlas y difamaciones de muchos de aquellos que vienen a mi morada y de muchos hijos predilectos, porque siempre caminaste de la misma forma lento pero seguro, porque sabíais que la labor sería intensa y que para poder llevarla adelante tendríais que estar en paz con vuestro corazón para poder darle a todos aquellos que tanto sufren esa paz que tanto anhelan. Hijo, es verdad, el amor que os tenemos es igual al amor que sentimos por todos nuestros hijos e hijas por igual, nosotros no hacemos diferencia, todos vosotros sois nuestros hijos amados y siempre lo serán, por eso sufren tanto nuestros corazones y me veis llorar tantas veces, por eso os ruego a todos que hagáis llegar a cada uno de mis hijos mis suplicas para que a través del Santo salvéis vuestras almas y comiencen a vivir una vida llena de armonía, misericordia y eterno amor, os ruego siempre que habléis con todos y que unas a todas las religiones y lo estáis haciendo, que seáis fieles a quien se encuentra en el sillón de PEDRO y lo sois, y que abracéis y cuidéis de mi morada, mi iglesia, y cumplas con lo que os pido, incluso sé que abrazáis y amáis, y pedís a mi Señor por aquellos hijos que tanto mal te han hecho, eso es amor, aprendiste y enseñas a todos que tienen que aprender a amarse, a sentir el amor verdadero, el amor puro, limpio, un amor que viene del Padre a través de mi Hijo y bajo la bendición del Espíritu Santo. Hijo, sigue el sendero, sigue evangelizando a través de las Sagradas Palabras, a través de los encuentros en el Cenáculo, venid a mi morada y recibid el amor de mi Hijo y entrégate en sus brazos, luchad por la libertad del mundo y por la paz de él, luchad y defiende a todo ser viviente sobre la tierra y enséñales a aquellos que los maltratan tanto a vuestra tierra como a todo ser con vida que en ella se encuentra que los cuiden y que los respeten, y que todos los hombres y mujeres se unan a hablar, a orar, a vivir una vida juntos y caminen todos tomados de la mano rumbo al encuentro de vuestro Padre cantando alabanzas al Dios del amor, de la misericordia, de la justicia y de la paz. Hijo, vivid para entregar a cada hermano vuestra luz que vive en tu alma y la Llama que parte de vuestro corazón, vive para que a través vuestro se sanen de las enfermedades del alma y del cuerpo y vuelvan a unirse en la paz. Amén.

Madre, siempre he de seguir vuestra voz, siempre he de cumplir lo que tú o CRISTO JESÚS me pidáis, he de defender vuestra morada y a cada uno de mis pastores, he de vivir para sembrar la tierra con la semilla del amor y de la paz.

SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.

15/09/2010                                                                   15:00 Horas.

Mensaje dado por nuestra Madre a José Luis Belmonte.

Avellaneda – Provincia de Buenos Aires – Argentina

Para pedido de oración: jlbelmonte07@yahoo.com.ar

Published in: on septiembre 15, 2010 at 8:40 pm  Deja un comentario