José Luis:
Amada Madre, hoy quiero y deseo hablar contigo desde mi corazón de hijo, desde mi pequeñez y decirte del dolor que atraviesa mi corazón, tú lo sabes y sé que nada puedo pedir, y no puedo pedirte porque he prometido siempre llevar en mis manos los pedidos por todos mis hermanos y hermanas que sufren pero que no están ligados a mi corazón, pero el dolor es profundo y no puedo vivir llevando adentro de mi alma el temor de perder lo que uno tanto ama. Hoy y frente al mundo quiero pedirte y explicar a cada uno de mis hermanos que yo sólo soy un pequeño instrumento que te pide por todos aquellos que sufren en el mundo y lo pido porque aunque no los conozco los amo y tú sabes que lo que estoy tratando de volcar aquí es la más pura realidad, amo con todas mis fuerzas a mis hermanos y hermanas y pido perdón porque quizás muchas veces he contestado mal o he mirado mal a algunos de ellos, sé que nunca fui ni soy merecedor de la gracia que me concediste, sé que nunca he sido un buen hijo y que mi comportamiento no fue el correcto ni tampoco me he guiado por el camino del amor antes de haber aceptado, soy un hombre y un hombre muy pequeñito con los temores de todos los hombres y con el sufrimiento y el dolor de todos ellos, pero como te dije un día a ti y a mi amado Jesús estoy dispuesto a cargar con los pecados de todos ellos y llevar la cruz con infinito amor porque los amo, aunque muchos no puedan comprender, aunque sea injuriado y atacado tantas veces. Madre, Hermano mío, Padre amado y Espíritu Santo, estoy abriendo mi corazón de par en par al mundo no para que piensen que soy un ser especial sino para que todos aquellos que no me conocen comprendan que tú buscas en el mundo hombres como este humilde servidor para llevar tus palabras a cada uno de tus hijos, hoy como millones de ellos me toca llevar una cruz muy pesada y una daga que hoy atraviesa mi pequeño corazón y el dolor se apodera, pero quiero decirte que pase lo que pase mi amor se ha de mantener intacto por ti y por todo ser viviente en la tierra y en el universo, y seguiré luchando más allá de lo que pueda suceder para que reine sobre toda la tierra el amor, la misericordia y la paz, seré uno de los más celosos guardianes de tu amado templo y seré el más pequeño pero el más fuerte luchador de tus misioneros y recorreré cada lugar y hasta el cansancio golpearé puerta por puerta haciendo la gran evangelización que tú nos pides en nombre de tu amado Hijo Jesús.
Dice Santa María:
Hijo, sé de tu sufrimiento y de tu dolor, sé de los momentos que os toca vivir, pero quiero que sepáis que todo ha de pasar y que no temas que todo ha de volver a la paz y que las heridas no llegarán jamás a tocar tu corazón, todo ha de pasar y ten la seguridad que estoy a vuestro lado y al lado de quien tanto amas, nada pasará, comprende todo se detendrá, pero se ha de detener para bien y no para mal, quedará como algo que es un momento, una mirada para ver de la fuerza de tu entrega y de tu amor hacia nosotros, de tu devoción y de tu entrega y nunca bajaste vuestros brazos, seguiste caminando con la misma fuerza llevando paz y armonía a todos los corazones que fuiste llamado a tocar, llevaste la Llama de Amor de mi corazón de Madre y la luz que emana el Corazón de mi Hijo, les has hablado a cada uno de ellos y a través de vuestras manos CRISTO JESÚS sanó a muchos hijitos y curó las llagas del cuerpo y del alma, entregaste siempre todo el amor y derramaste la paz en cada lugar que visitaste y lo seguirás haciendo, lo sabemos, y por eso estamos a vuestro lado, porque enfrentaste todas las tormentas y los vientos más fuertes y jamás os arrepentiste y jamás sentimos de vuestros labios una queja o un arrepentimiento, os entregasteis con infinito amor y de esa forma estuviste y estáis presente ante vuestros hermanos que tanto necesitan, luchaste junto a vuestro hermanos y hermanas del cenáculo y junto a mis amados hijos e hijas que son misioneros en otras tierras, y junto a ellos estáis llevando el pan que no había en sus mesas y la palabra que es el alimento más hermoso para sus corazones y sus almas, he visto grandes conversiones y me siento feliz, sé que puedes seguir avanzando, sé que tu entrega igual que la de todos vuestros hermanos es fuerte y poderosa y sé que jamás os detendrán, seguirán luchando con la evangelización y han de llevar a mis pequeños por el sendero del amor, los unirán en el gran rebaño y te sentaréis junto a todos vuestros hermanos, como lo hacéis, que profesan otras religiones tratando de hablar con las palabras más humildes y sencillas, para que vuelvan a la casa del Padre, sé que muchos se apartaron de vuestro camino y sé que muchos te injuriaron y hasta fueron jueces y verdugos, pero no te habéis detenido nunca y esa es la demostración de tu infinito amor, no sólo por vuestro Padre y por mí sino por todos aquellos que habitan vuestro mundo, es una demostración de entrega pero de una entrega pura y profunda, dejando de lado todos los agravios y pidiendo cada día al despertar por cada uno de ellos, aún por los que más os han atacado.
José Luis:
Madre mía, nunca me he de arrepentir, al contrario, cada día crece más y más este amor en mi pequeño corazón, parece que mi cuerpo fuera chico para recibir tanta fuerza, tanta luz, tanto amor por todos mis hermanos y hermanas, sé que tengo que seguir y lo haré, y ya no siento el dolor de aquellos que me juzgan sino amor por ellos y siempre has escuchado de mis labios pedir por cada uno de ellos, yo sé, Madre, quién soy y lo limitado que soy, sé que no soy digno y sé lo que fui, pero mi corazón está lleno de luz, esa luz que mi amado Hermano, vuestro Hijo, me entregó para derramar sobre toda la tierra y esa Llama que arde adentro de mi alma que es el amor que emana tu corazón de Madre y simplemente mi labor es entregarlo a cada uno de ellos, como tú dices, de tus pequeños, sé que la labor es grande pero no temo, todo lo contrario, quiero cumplirla y la he de cumplir, y quiero decirte, Madre mía, que he de llevar hasta el último minuto de aliento en este mundo que me quede tu palabra y seré el guerrero más fuerte en la defensa de tus muros y de toda tu SANTA IGLESIA, mi amada Iglesia, y he de defender a mis Pastores y si fuera necesario con mi propia vida, sé que quizás a quienes les llegue, no sé si llamarlo mensaje, porque es una conversación que estoy teniendo contigo y quizás hoy sea la que más es entregada desde el corazón de tu humilde hijo, pero quiero, si me permites, que el mundo sepa que como yo hay muchos hermanos y hermanas en el mundo luchando y pasando por momentos muy terribles pero están preparados para ayudar, para estar con todos los que sufren y junto a nuestros Pastores mostrar a nuestra Amada y Santa Iglesia levantarse junto a nuestro amado PAPA y que sepan todos que jamás abandonaremos a ninguno de ellos, donde se encuentre el dolor, el sufrimiento, las injusticias allí estaremos siempre, y que nos escuchen, que se unan, que nos acompañen todos aquellos que quieran volver a levantar a un mundo y ver una tierra florecida y renovada y encontrar en su camino a nuestro MAESTRO, A NUESTRO HERMANO, A NUESTRO REY y sigamos todos tras sus pasos y enseñanzas. Por eso les ruego a todos mis hermanos y hermanas del mundo que leerán lo que estoy volcando que abran sus corazones al amor de CRISTRO JESÚS y de MARÍA MADRE, que se unan en la oración, que nunca dejen de rezar el SANTO ROSARIO y LA CORONILLA, que abracen como tú nos pides sus cruces y caminemos en la gran unidad de los pueblos y naciones llevando sólo en nuestras mentes y en nuestros corazones el amor, la entrega y de esa forma volver a unirnos al gran rebaño y cantar alabanzas a ti, amado JESÚS, y a ti, amada Madre.
Dice Santa María:
Sigue el andar José, hijo mío, sigue el camino y sigue sembrando la semilla en todos los corazones, vive amando y entregando ese amor que emanará vuestro corazón y ama siempre, nunca permitáis que nada os perturbe y no os deje avanzar, sólo escuchad mi voz y la voz de mi amada Iglesia, seguid lo que está escrito y guíate por los Sagrados Evangelios y cumple siempre con los Sagrados Mandamientos, diles a mis hijitos que acudan a mi morada y que se arrodillen frente a mi amado Hijo y confiesen vuestros pecados, que lo reciban a Él en sus corazones, que se dejen llevar de la mano por los grandes valles donde la luz iluminará los corazones y sus almas y aprendan a vivir en unidad y paz, vosotros seréis los nuevos misioneros de esta nueva era y quienes guiarán por el sendero del amor, de la justicia y de la paz a todos los peregrinos que lleguen hasta vosotros, pero también os pediré que les digáis a cada uno de vuestros hermanos y hermanas, aquellos que como tú están en el mundo, que se unan, que tienen que unirse todos para poder llevar la gran evangelización adelante y poderse unir a las fuerzas celestiales para que en la batalla final derrotemos para siempre al ángel desterrado y las fuerzas del mal dando la libertad a todas las almas que tiene encadenadas y vuelvan todos al amor de CRISTO JESÚS, dile al mundo que os ruego desde mi corazón de Madre de todos y de mi amada Iglesia que os pido la unidad y con ella que hagáis crecer el amor y la paz, que la luz de mi Hijo descienda a través del Espíritu Santo y os dejo a ti y a todos mis amados hijos e hijas y a mis Hijos e Hijas predilectas mi eterno amor a través de la bendición del PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO, recuerda siempre hijo, no temáis nunca y os prometo que toda tempestad que en estos tiempos os toca pasar ha de cesar y que volveréis a sentir la inmensa alegría en vuestro corazón y la paz, lucha, hijito mío, por mi morada y por cada uno de aquellos que tanto sufren y padecen las injusticias en vuestro mundo, os amamos y lo sabéis, y sé que la Llama de Mi Amor llegará al corazón de cada uno de mis pequeños. Os amo y que el mundo pueda leer lo que hoy tú me hablaste y lo que os he dicho para que aprendan y vean que tú, como lo sabéis, eres un instrumento del amor del Padre, Hijo y Espíritu Santo y de mi eterno amor. Sigue, nunca os detengáis, ama hijo, ama como nosotros os amamos a todos vosotros, entrégate siempre y medita de mis palabras y sed el más pequeño entre todos y el más grande enamorado de CRISTO JESÚS y recibid eternamente su inmenso amor, sed luz en un mundo de tinieblas y sed paz para todos los corazones, sed alegría, pureza para las almas y cuidad de cada uno de ellas como el mas fiel soldado de mi ejército celestial, te amo. Amén.
José Luis:
Madre, nunca dejaré de ser el más pequeño, nunca dejaré de ser el soldado más fiel en el cuidado de nuestra amada IGLESIA y de ser el más pequeño pero el más fuerte, aquel que lleve desde mi pequeñez el amor de tu corazón de Madre a todos mis amados hermanos, los amo y tú lo sabes, y lucharé siempre por la unidad, por mi Iglesia, por vuestro amor, el del Padre, Hijo y Espíritu Santo y de tu corazón amada Madre nuestra, os pido perdón por el mal muchas veces cometido porque yo también soy un pecador, y me arrepiento del dolor que en otros tiempos te he echo padecer, mi vida está consagrada junto a mi alma y mi corazón y siempre he de estar a vuestro lado y al lado del PADRE, HIJO y ESPÍRITU SANTO para la unidad de toda la SANTA IGLESIA CATÓLICA, APOSTÓLICA Y ROMANA.
SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.
22/11/2010 05:30 Horas.
Mensaje dado por nuestra Madre a José Luis Belmonte.
Avellaneda – Provincia de Buenos Aires – Argentina
Para pedido de oración: http://www.lavozdesantamaria.com.ar