21 de noviembre de 2010

José Luis:

Amado PADRE, tengo mucho temor y ese temor que siento por momentos me hace sentir solo y que nadie me escucha, siento miedo como un pobre hombre que soy en esta tierra que muchas veces pienso que no me encuentro ni en mi tiempo ni en mi lugar, siento temor de no poder llevar adelante todo lo que debo realizar para tu grandeza y para que mis hermanos vuelvan sus ojos hacia ti, siento que el mundo está tan alejado que es como si mi grito fuera en el medio del desierto donde nadie puede escuchar, me siento abandonado por todos aquellos que tendrían que guiarme, me siento inmensamente solo y mi corazón llora de dolor, pero tú siempre estás a mi lado y secas mis lágrimas y me reconfortas, tú me enseñaste a vivir una vida diferente y saber soportar los agravios y las injurias, y tú, amada Madre, me reconfortas y me entregas las fuerzas para levantarme y para ponerme de pie y seguir avanzando mas allá de millones de preguntas y sabiendo no ser merecedor de tu infinito amor. Hoy les pido desde mi humilde corazón perdón por no llevar adelante como debo todo lo que tengo que realizar, por no poder ser entendido cuando hablo por mis amados pastores, por sentirme abandonado por algunos de ellos y porque muchas veces caigo y temo a no volver a ponerme de pie, siento mucho dolor, pero eso no es lo que lastima mi corazón sino el que no quieran oír la verdad y lo peor es que no quieran reconocer que tú estás entre nosotros, que jamás nos dejasteis, que jamás abandonaste a ningún hijo tuyo y en tu amado Hijo viniste a traernos la paz, el amor, la misericordia y la justicia y que hoy a través de Él y de nuestra Madre has elegido a pequeños hombres y mujeres a través del ancho mundo para poder traer a todos los pueblos la palabra y la Llama Eterna de tu amor, quiero pedirte perdón por los pecados cometidos, porque a veces no me comporto como un verdadero cristiano, porque no comprendo y no puedo callar ante la injusticia y porque no puedo tolerar que el mal triunfe sobre mis hermanos y hermanas en el mundo, y porque en vez de hablar mi voz se eleva de forma que grito y me altero y porque no puedo callar.

Dice Dios Padre:

Hijo mío, tú tienes que hacer llegar la voz de mi Hijo, que es mi voz y la de vuestra Madre, a todos los rincones de la tierra, tienes que comprender que siempre seréis perseguidos tú y todos aquellos que abrazan mi Iglesia y abrazan la Cruz, es vuestro camino y por él tenéis que seguir caminando dando vuestros pasos lentamente, no tienes porqué callar ante las injusticias porque Yo tampoco he callado, tampoco tenéis que quedaos ante el dolor que son sometidos millones de mis hijos en el mundo y no debéis permitir que mi voz quieran callar, tienes que seguir, siempre estaremos acompañándote y guiándote, dejad que aquellos que no creen en lo que tú dices se burlen y os injurien, si tú sabéis bien que por 100 o 200 millones de hermanos y hermanas vuestras os han de oír, pero para eso tenéis que unirte no sólo tú sino todos aquellos a los que os hablamos y os pedimos que salgáis al frente a decir la verdad y acompañar a cada uno que está sufriendo y están siendo sometidos a los más bajos instintos, a aquellos que son perseguidos y torturados y a los que injurian y quieren manchar el lugar de encuentro de vosotros con mi amado Hijo, tenéis que comprender que unidos mi Hijo, el Espíritu Santo y Yo, vuestro Padre, somos uno sólo, somos un mismo ser y somos la luz divina del amor que se extiende a través de todo el mundo alumbrando el sendero y guiándolos rumbo al gran encuentro a través de los pastores, a través de aquellos que hemos elegido para que se unan sus voces a las de ellos y comiencen la más grande y profunda evangelización de todos los tiempos, no temáis, seguid el sendero y no sufras ya más, recuerda que la tempestad por más intensa que sea siempre ha de pasar y después comienza el nuevo amanecer, el nuevo día y con él la armonía, el amor y la paz.

Dice Santa María:

Hijo, siempre estaremos a vuestro lado, yo como Madre de la Iglesia y de todos vosotros, siempre os estaré guiando a través de la palabra, a través de mi amor, y tú debéis salir a enseñarles con palabras simples y sencillas, debéis de sembrar en los corazones la semilla del amor y de la paz, no temáis nunca más, sigue el sendero, camina, nunca estaréis solo, nunca os dejaremos porque vosotros sois los misioneros del nuevo Reino que se ha de extender sobre toda la tierra, sois los mensajeros de llevar la palabra, de ayudar a cada uno de vuestros hermanos, de compartir el pan y de orar siempre junto a cada uno de ellos, vosotros sois los peregrinos de este nuevo mundo, de esta nueva era que ha comenzado, y junto a mis Hijos e Hijas predilectas tenéis que salir a caminar e id en la búsqueda del gran rebaño, traed a todos aquellos que de él se han apartado, de aquellos que en algún momento no fueron escuchados cuando más lo necesitaban, siéntate con cada uno de ellos y diles que nosotros jamás nos apartamos, que jamás dejamos a un hijo solo y que siempre estamos en todo momento acompañándolos, vuelvan a la unidad de los pueblos y en la unidad de las almas, vuelvan a ser mi Iglesia, la Iglesia peregrina, aquella que no se queda quieta en un lugar, que sale y recorre todo lugar sobre vuestro mundo. Hijos míos, apártense de todo el mal y enseñadle a amar en vez de odiar, a vivir en armonía y paz en vez de llevar adelante guerras , a hablar con la lengua de la verdad y no falsear ni mentir, amar vuestra tierra y a todo ser que en ella habita y cuidar de ella siempre, en la unidad, en el amor, en la fe y especialmente en la esperanza podréis construir el nuevo REINO DE CRISTO JESÚS basado en los SANTOS EVANGELIOS y regidos por los SANTOS MANDAMIENTOS limpiando vuestras almas de todo pecado y dejando ingresar el Cuerpo y la Sangre de mi amado Hijo, vuelvan a mi morada, vuelvan al amor, a la entrega, al ayuno, a la oración, sí, amados hijitos, os ruego a la oración y unidos recen el SANTO ROSARIO, liberen sus almas y sean libres criaturas de la creación, vivan amando y enseñadles que deben amarse para poder amar a sus hermanos, que se entreguen desde el corazón y vivan en un mundo de armonía y paz. Hijo mío, sed humilde, sencillo y predica siempre con el ejemplo, con la palabra y haced respetar y cuidad siempre de mi morada y de todos mis pastores, cuidad a quien se encuentra en el Sillón de Pedro y escuchadlo, oíd su voz y reza por un mundo de paz, os pido que jamás os separéis de ninguno de mis hijitos, más allá de su credo o religión acompañadlos, cuidadlos y a través de vuestras manos CRISTO JESÚS ha de poner un bálsamo sobre sus heridas del cuerpo y del alma, diles que vuelvan al encuentro y vuelvan a mi morada, vuestra morada, donde os estaremos esperando para estar unidos junto a nuestros corazones y la luz eterna del amor y de la paz descenderá sobre cada uno de vosotros y os abrazará, y en ese abrazo hallaréis la verdadera vida, la eterna vida, no sufras y sigue por el sendero, siempre estaremos guiándote y tú tienes que seguir proclamando al mundo nuestras palabras y nuestro eterno amor. Recuerda siempre hijito, nunca estáis solo, dile al mundo siempre que jamás los dejaremos, que en donde estén allí estaremos al lado de cada uno de mis amados hijos.

ESTE MENSAJE DADLO A TODOS MIS HIJOS E HIJAS EN EL MUNDO Y CON ÉL MI ETERNA BENDICIÓN Y LA LLAMA DE MI ETERNO AMOR. Os amo. Amén.

José Luis:

AMADO PADRE y AMADA MADRE MÍA, nunca abandonaré el camino, jamás callaré y jamás renunciaré a decir la verdad, no he de permitir que quieran cambiar tus palabras y no permitiré que quieran manchar tu morada y a ninguno de tus Hijos e Hijas predilectas, yo lo prometo, si tengo que entregar mi vida lo haré porque siempre te he dicho que yo desde mi pequeñez siempre he de ser el más pequeño de tus servidores, nada pretendo y nada deseo, no pido nada ni nada quiero, sólo estar en tu presencia y caminar tras los pasos del REY DE REYES para de esa forma poder llevar la palabra a todos mis hermanos y hermanas del mundo. Madre, y a ti tú lo sabes que te amo y siempre estás presente en este humilde corazón.

DIOS PADRE Y SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.

21/11/2010                                                                   05:00 Horas.

Mensaje dado por nuestro Padre y nuestra Madre a José Luis Belmonte.

Avellaneda – Provincia de Buenos Aires – Argentina

Para pedido de oración: http://www.lavozdesantamaria.com.ar

Published in: on noviembre 22, 2010 at 4:12 pm  Deja un comentario  

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